No lejos de nuestra mina aurífera Tasiast, existen hallazgos de gran valor, pero de otra naturaleza: tesoros culturales enterrados que incluyen herramientas de piedra y tumbas que datan de hace 9,000 años y que nuestro equipo de Tasiast está ayudando a preservar y proteger.
Para el ojo inexperto, los sitios arqueológicos desperdigados entre los grandes arbustos y las dunas del desierto de Mauritania son difíciles de identificar, pero constituyen testimonios de la que fue una región densamente habitada. Los arqueólogos sospechan que Sahel alguna vez fue verde y exuberante antes de que la desertificación cubriera el área hace aproximadamente 4,000 años, ahuyentando a los habitantes de los asentamientos.
Sin embargo, los antiguos habitantes dejaron atrás una gran riqueza arqueológica que los expertos están estudiando y documentando. Algunos de los sitios descubiertos incluyen un asentamiento humano y tumbas del Neolítico, que se presume que tienen una antigüedad de entre 2,800 y 9,000 años. Las reliquias encontradas incluyen herramientas de piedra (puntas de proyectiles, cuchillos, punzones, espátulas, hachas pulidas y residuos arqueológicos), piedras para moler y triturar alimentos, cerámicas rotas, algunas de ellas decoradas, y fragmentos de huesos de animales y humanos erosionados y blanqueados por el sol.
Como parte de nuestro compromiso de proteger el legado arqueológico de Mauritania, miembros de nuestro equipo de Tasiast participaron recientemente en un taller sobre protección de sitios arqueológicos organizado por el Instituto de Investigación Científica de Mauritania (IMRS) en la ciudad capital de Nouakchott.
“Estos hallazgos son componentes fundamentales del patrimonio social y cultural de Mauritania. Resulta muy gratificante participar en el descubrimiento y la preservación a través de nuestra asociación con el IMRS”, señaló André Pieters, Gerente de Medio Ambiente, en la inauguración del taller.
La gerencia de Tasiast ha implementado diversas medidas para minimizar cualquier impacto potencial de las operaciones mineras en estos sitios arqueológicos. Entre ellas, se destaca el Procedimiento Chance Find (Descubrimiento casual) que establece que, al momento de descubrir restos arqueológicos presuntos o reales, se debe detener el trabajo, proteger el sitio e informar y documentar los vestigios. Todos los sitios de interés potencial son cercados.
Agrupadas en las crestas rocosas, se encontraron tumbas protohistóricas que datan del 2,500 A.C. – 1,000 D.C., generalmente de 2 a 10 metros de ancho y de 0.5 a 2 metros de altura
Las variaciones entre estas tumbas incluyen tumbas “antena” con forma de luna creciente y grandes tumbas con bordillos y piedras verticales, algunas de las cuales es posible que daten del período Neolítico
Una tomba
André Pieters, Gerente de Medio Ambiente de Tasiast, en el taller que impartió el IMRS