“En esta mina específica tan profunda, el desprendimiento de rocas se convirtió en parte del trabajo”.
Una historia de seguridad de John Sims, Vicepresidente de Geología de Recursos y Exploración de Baldíos, sobre la trágica experiencia que vivió en una empresa anterior, un crudo recordatorio de por qué la seguridad es fundamental. John recuerda que, cuando trabajaba en una mina subterránea, se produjo un grave estallido de rocas.
“El 6 de junio de 2001 es un día que jamás olvidaré. Guardo cada detalle en mi memoria: Eran las 12:40 y estábamos aproximadamente a 4,600 pies bajo tierra. Todo comenzó con un estallido de rocas, que es una falla explosiva de rocas en minas subterráneas y que, en cuestión de segundos, convierte toneladas de roca en escombros.
En esta mina específica tan profunda, el desprendimiento de rocas se convirtió en parte del trabajo. En cualquier momento, la empresa podría haber modificado la cultura de autocomplacencia en seguridad e implementar nuevos procesos para priorizar la seguridad ante estos estallidos.
Estábamos trabajando lejos, igual que todos los días, cuando de pronto, se produjo un gran estallido y algunos de mis colegas quedaron atrapados bajo el enorme peso de los escombros. Dedicamos cerca de 10 horas a tratar de sacarlos, mientras nuestros seres queridos esperaban noticias en la superficie con el credo en la boca. Para mí, esas 10 horas fueron una eternidad.
Por desgracia, mis colegas no sobrevivieron al estallido. Esa fue una de las experiencias más duras de mi vida y la tragedia dejó un gran vacío en la comunidad y en sus familias.
Esta experiencia tan devastadora nos enseñó de la manera más difícil la lección fundamental que debemos aprender: la seguridad siempre debe ser la primera prioridad, sin concesiones.
En Kinross, poner la seguridad en primer lugar no es un tema trivial, sino que la parte más importante de nuestro día. Se trata de garantizar que cada uno de nosotros regrese a casa con nuestras familias al final de la jornada. Existen procesos que permiten garantizar la seguridad como una prioridad y los empleados se sienten facultados para detener el trabajo de inmediato si se sienten inseguros.
La administración de la mina tomó varias medidas para tratar de aliviar la tensión producida por los estallidos de rocas, pero no siempre funcionaron. En lugar de detener el trabajo o poner la seguridad en primer lugar, su actuar se convirtió en la “norma”, en lugar de corregir la situación. Esto nunca debiera haber sucedido. Mis colegas pagaron el peor de los precios, y eso es algo que nunca olvidaré. Nadie debe ser complaciente cuando se trata de la seguridad. “El 6 de junio de 2001 es un día que jamás olvidaré”.