Durante más de un mes, nuestro equipo en Chile ha trabajado sin descanso para restablecer las operaciones en Maricunga y recuperar la normalidad en La Coipa después de la devastadora inundación que tuvo lugar a fines de marzo y arrasó con caminos, puentes y tendido eléctrico, dañando además miles de viviendas, incluidas las de los empleados de Kinross, en la región norteña de Atacama, Chile.
Al momento de lo que se describe como “el peor desastre pluvial que haya afectado al norte en 80 años”, gran parte de la ciudad de Copiapó se encontraba bajo varios pies de lodo y agua. Las oficinas de Kinross resultaron gravemente dañadas y se mantienen inutilizables, en tanto que numerosos empleados han tenido que reubicar a sus familias en otras ciudades cercanas mientras el gobierno chileno y las fuerzas armadas trabajan para restablecer los servicios y reparar la infraestructura.
A pesar de los desafíos personales que muchos tuvieron que enfrentar, los empleados de Kinross se mostraron a la altura de las circunstancias. Ellos ayudaron a identificar y despejar rutas alternativas a Maricunga, que está ubicada a 4,600 metros sobre el nivel del mar, y evaluaron los daños de unos 40 km de tendido eléctrico hacia el sitio. Con todos los helicópteros comandados por las fuerzas armadas chilenas sobrevolando el área después de que el gobierno declaró estado de emergencia, algunos empleados de Kinross recurrieron a vehículos todoterreno y caballos para sondear las condiciones de los caminos en la Alta cordillera.
“Estamos enormemente orgullosos de nuestro equipo en Chile, que ha encarado numerosos desafíos durante los últimos años y se está recobrando increíblemente bien de este suceso tan lamentable. A pesar de los problemas familiares y las difíciles pruebas que muchos de ellos están enfrentando, no dejan de trabajar día y noche para restablecer las operaciones. El esfuerzo del equipo es un ejemplo de los valores de Kinross y reconocemos a cada uno de ellos por su arduo trabajo y determinación”, señala Bob Musgrove, Vicepresidente de Operaciones en América del Sur.
Nuestro equipo fue capaz de despejar rutas de acceso alternativas a ambos sitios e inició la construcción de una central eléctrica temporal que permitirá reanudar el chancado en Maricunga. Esta central eléctrica está ubicada en un lugar de baja elevación, donde el tendido eléctrico a Maricunga se mantuvo intacto. El trabajo prosigue para reabrir las rutas de acceso principales en coordinación con el gobierno chileno. Mientras continúa la limpieza de la oficina principal, se estableció una oficina alternativa en la periferia de Copiapó.
A pesar del impacto evidente en la producción de Maricunga, nos mantenemos focalizados en cumplir nuestras metas de orientación regionales.
Mientras el equipo se esfuerza por restaurar la infraestructura, también se asignó un equipo de gestión de crisis que se concentra en suministrar alimentos, agua, refugio y dinero en efectivo (los sistemas bancarios no funcionaron durante varias semanas), así como también préstamos bonificados y vacunas contra enfermedades infecciosas.
Las comunidades indígenas locales Colla también se vieron gravemente afectadas, puesto que sus dos aldeas en las montañas y sus viviendas sufrieron cuantiosos daños. Proporcionamos apoyo médico de emergencia y estamos contribuyendo con suministros de emergencia. Mientras restablecemos en forma paulatina las rutas de acceso, estamos trabajando en estrecha coordinación con las comunidades en las operaciones logísticas.
Torres de tendido eléctrico dañadas en la ruta a Maricunga
Daños graves en la ruta de Maricunga ubicada en el paso Castaños
Oficinas en Copiapó bajo el agua
Camino frente a nuestras oficinas en Copiapó
Las puertas de la oficina de Kinross en Copiapó: antes (27 de marzo) y después (13 de abril)
Fundamental para recuperación: agua potable y excavadoras
